lunes, 26 de septiembre de 2011

Recuerdo, una vez que ya supe lo que me ocurría, lo primero fué pedir cita a mi médico, el día que fuí y le comenté qué me pasaba me dijo (Por Dios, cómo ha podido aguantar 20 años sin decir nada??) estuvimos hablando y me recomendó a una psiquiatra (No pongo su nombre porque para mí aunque fuese la única que hubiese en el mundo, no volvería a ella).

LLamé, pedí cita y me la dieron para cuando saliese de trabajar, el motivo, pues que nadie se enterase salvo una amiga, una persona , la única que en aquel entonces me ayudó y era la que me acompañaba los días que tenía cita con la Psiquiatra.

Yo sinceramente, tenía una perspectiva sobre los psiquiatras diferente a lo que viví, pues esta doctora en una hora que duraba la sesión , si estaba conmigo 20m, en total era demasiado ya que la secretária a cada momento la llamaba para que saliese pues tenía que acudir al teléfono. Eso sí, palabras malsonantes, burradas, etc, soltaba a toda pastilla, y cómo cada vez que yo iba ella quería darme pastillas para la depresión y yo no estaba depresiva , mi médico se las tumbaba, eso, pienso yo, debía sentarle cómo un tiro.

Nos llevaba mi hermano con el coche al salir del trabajo , también iba el marido de mi amiga, los cuatro trabajábamos en el mismo lugar, en diferentes sitios pero ibamos juntos .

Así pasaron dos años de pagar a una doctora que prácticamente no me hizo ningún bien , ningún tipo de resultado en mi enfermedad, ningún avance y sí me hizo mucho daño con su actitud, cosa que contaré en otro momento.

2 comentarios:

  1. Desde luego...hay médicos que deberían dedicarse a otra cosa. En mayor o menor medida creo que a todos nos ha pasado.
    Biquiños miles

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  2. Cierto Cris, gracias por pasarte, la verdad que mi experiencia con esa Doctora fue desastrosa , a lo mejor a otras les fue fenomenal, a mí no. No la quiero ni en pintura.

    Besos cielo.

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