Un aguador llevaba sobre sus hombros un palo del que colgaban dos grandes
vasijas, una en cada extremo del palo.
Una de estas vasijas tenía varias
grietas por las que escapaba el agua cuando el aguador la llenaba, de modo que
al final del camino sólo conservaba la mitad, mientras que la otra vasija era
"perfecta" y mantenía intacto su contenido.
Todos los días, la vasija sin
grietas estaba orgullosa de su logro, se sabía perfecta para lo que fue creada.
Pero la pobre vasija agrietada estaba avergonzada de su imperfección y de no
poder cumplir correctamente su cometido.
Transcurrieron así dos años
hasta que un día la vasija le dijo al aguador:
-Estoy avergonzada y
quiero disculparme contigo, porque debido a mis grietas sólo obtienes la mitad
del valor que deberías recibir por tu trabajo.
El aguador le contestó:
-Cuando regresemos a casa quiero que veas las bellísimas flores que
crecen a lo largo del camino.
Así lo hizo la vasija y, en efecto, vio
muchísimas y preciosas flores en el camino.
El aguador le dijo entonces:
-¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino?
Quise sacar el lado positivo de tus grietas y sembré semillas de flores. Si no
fueras exactamente como eres, con tu capacidad y tus limitaciones, no hubiera
sido posible crear esa belleza.
Todos somos vasijas agrietadas por alguna
parte, pero siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener
buenos resultados.
Q casualidad mi cielooo yo tb publique ayer esta reflexion que me llego de la pagina de reflexiones q visito siempre jajajajajaja
ResponderEliminarMuy bonita reflexion tesoro, me encanto nada ams leerla!!
Un besote enorme
Yo juraría que te había contestado jajajaja, pues sí, me encantó, lo compartió una compi de un grupo de Osi Amigas y lo subí aquí.
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